🧠 Mito de la semana: “El colesterol alto siempre es malo”

Durante años nos enseñaron a temerle al colesterol como si fuera el villano de una serie interminable: “Colesterol, el asesino silencioso”.

Pero la verdad es que el colesterol no es el malo de la película; el colesterol es una grasa necesaria: ayuda a producir hormonas, vitamina D y membranas celulares. El problema está en los vehículos que lo transportan por la sangre, las llamadas lipoproteínas (las HDL, LDL y otras como las VLDL y las IDL)

  • El colesterol-HDL (colesterol “bueno”) es como el camión que recoge el exceso de colesterol y lo lleva al hígado para elminarlo.

  • El colesterol-LDL (colesterol “malo”) es el camión que recoge el colesterol desde donde se produce (del hígado, por ejemplo) y lo distribuye por los tejidos para su uso y, si hay problemas en las arterias (por tabaquismo, obesidad, glucosa elevada, hipertensión no controlada, enfermedades inflamatorias, etc., puede también introduciirlo debajo del endotelio (la capa que reviste internamente a la arteria) y formará las placas que posteriormente obstruyen el paso de sangre

El conflicto empieza cuando las LDL son pequeños y densas: esas sí que se pegan a las arterias y promueven la aterosclerosis.
Así que no basta con saber el número total.
Como en toda empresa, hay colesterol que produce beneficios y colesterol que daña la reputación.“

🔬 Análisis de un resultado clínico: ApoB y Lipoproteína(a), los verdaderos marcadores de riesgo

Durante años solo mirábamos el colesterol total y el LDL como si fueran los culpables de todo.
Pero eso es como contar los carros en la autopista sin saber cuántos camiones pesados hay realmente circulando.
Y en este caso, esos camiones son las partículas que transportan colesterol por la sangre.

🚛 La ApoB: el censo real del tráfico

Cada partícula de colesterol “malo” —LDL, VLDL, IDL— lleva una identificación llamada ApoB.
Una partícula, una placa.
Así que cuando medimos la ApoB, lo que estamos haciendo es contar el número total de camiones que transportan colesterol malo, del que se pega en las arterias.

Puedes tener un colesterol “normal” pero demasiados camiones con Apo B circulando: es decir, muchas partículas pequeñas y densas, que se atascan con facilidad en las arterias.
Mientras más alta la ApoB, más tráfico, más choques, más posibilidades de placas de grasas.

Valores orientativos:

  • ApoB < 90 mg/dL → circulación segura.

  • ApoB < 70 mg/dL → ideal en personas con diabetes, hipertensión o antecedentes cardiovasculares.

🧮 ¿Y si mi laboratorio no mide la ApoB?

Tranquilo: se puede estimar de forma aproximada usando los valores tradicionales del perfil lipídico.

Una manera sencilla es calcular el colesterol no-HDL, es decir, todo el colesterol que puede considerarse como “malo”, restando el HDL del colesterol total:

Colesterol no-HDL = Colesterol total – HDL

Este valor refleja todo el colesterol transportado por partículas que contienen ApoB.
Si el colesterol no-HDL supera los 130 mg/dL, el riesgo cardiovascular ya es considerable; y si supera los 160 mg/dL, es alto.

Otra fórmula aproximada —menos precisa, pero orientadora— para estimar la ApoB (en mg/dL) es:

ApoB ≈ (LDL / 1.1) + (Triglicéridos / 8.5)

Aunque no reemplaza la medición directa, da una buena idea de cuántos camiones están en circulación cuando el laboratorio no reporta ApoB.

⚠️ La Lipoproteína(a): los camiones con calcomanía roja

Entre toda esa flota de camiones, hay un tipo más peligroso: los que llevan una calcomanía roja en la puerta.
Son las Lipoproteínas(a) o Lp(a).
A simple vista parecen LDL normales, pero esa calcomanía las vuelve más pegajosas e inflamatorias, haciendo que se adhieran con mayor facilidad a las paredes de las arterias.

La Lp(a) no se modifica con dieta ni ejercicio: es hereditaria.
Por eso conviene medirla al menos una vez en la vida, especialmente si hay antecedentes familiares de infarto o enfermedad valvular.

Valores orientativos:

  • Lp(a) < 30 mg/dL (≈ < 75 nmol/L) → riesgo bajo.

  • 30–50 mg/dL (≈ 75–125 nmol/L) → riesgo intermedio.

  • > 50 mg/dL (≈ > 125 nmol/L) → riesgo alto.

  • > 70 mg/dL (≈ > 180 nmol/L) → riesgo muy alto.

Aunque hoy (2025) no existen medicamentos efectivos para bajarla, conocerla permite reforzar las estrategias preventivas: bajar el LDL y la ApoB lo máximo posible, controlar presión, glucosa y hábitos.

En resumen:

  • El colesterol total te dice cuántos camiones (buenos y malos) circulan.

  • La ApoB te dice cuántos camiones transportan colesterol pegajoso y de riesgo para las arterias que pueden estar lesionadas por otras enfernedades.

  • Y la Lipoproteína(a) te advierte cuántos de esos camiones están marcados con calcomanía roja de MUY alto riesgo.

El secreto no está solo en cuánto colesterol tienes, sino en cuántos vehículos “malos” lo están moviendo.

🍳 Revisión de una vitamina: Niacina (Vitamina B3)

La niacina tuvo su época dorada: fue famosa por subir el HDL y bajar los triglicéridos.
Pero con el tiempo, aprendimos que no es tan inocente como parecía.

En dosis altas, puede causar enrojecimiento facial, picazón, alteración hepática y aumentar el ácido úrico.
Hoy su uso es más limitado, porque las estatinas y los cambios de estilo de vida logran mejores resultados con menos efectos adversos.

¿Dónde obtenerla naturalmente?

  • Pescados, pollo, hígado, maní y cereales integrales.

En resumen: la niacina es como ese socio antiguo de la empresa: hizo un gran trabajo en su momento, pero ahora es mejor mantenerlo como consultor externo.

🏃 Tips de ejercicio: el efecto del HIIT en el colesterol

El ejercicio sigue siendo el mejor regulador del perfil lipídico.
Y dentro de las opciones, el entrenamiento por intervalos de alta intensidad (HIIT) ha demostrado mejorar los niveles de HDL y reducir los triglicéridos.

Consiste en alternar esfuerzos cortos e intensos (por ejemplo, 30 segundos de caminata rápida o bicicleta fuerte) con períodos de descanso activo.
No necesitas un gimnasio: basta con 15 a 20 minutos, tres veces por semana.

El HIIT estimula enzimas que limpian la grasa de la sangre y mejoran la sensibilidad a la insulina.
Es como un barrido express que deja tus arterias más despejadas.

Claro, siempre con precaución: si tienes enfermedad cardíaca, debe hacerse con supervisión médica.

⚠️ Interacción de medicamentos: estatinas y jugo de toronja

El jugo de toronja y las estatinas (como simvastatina, atorvastatina y lovastatina) no son buena pareja de desayuno.
La toronja bloquea una enzima hepática (CYP3A4) que metaboliza las estatinas, haciendo que el medicamento se acumule más de lo debido.

El resultado: dolor muscular, calambres o incluso toxicidad hepática.
Por eso, si tomas estatinas, mejor cambia el jugo de toronja por naranja o agua.

Y no, no pasa nada si comiste un gajo ocasional: el problema es cuando el jugo se convierte en hábito diario.

🧩 Caso clínico de interés: colesterol normal… pero un riesgo que venía de fábrica

Marta, 57 años, delgada, no fumadora, sin hipertensión.
Llevaba una dieta saludable y caminaba todos los días.
Su perfil lipídico parecía impecable:

  • Colesterol total: 195 mg/dL

  • HDL: 62 mg/dL

  • LDL: 112 mg/dL

  • Triglicéridos: 95 mg/dL

Todo normal, ¿cierto?
Sin embargo, su padre murió de infarto a los 52 y su hermano fue operado del corazón a los 48.
Esa historia familiar levantó la ceja del médico, que decidió pedir algo que pocos laboratorios incluyen de rutina: la Lipoproteína(a).

El resultado: Lp(a) 68 mg/dL (equivalente a ~175 nmol/L).
Es decir, alto riesgo genético.

Al mismo tiempo, la ApoB estaba en 103 mg/dL, un poco por encima del ideal.
Esos dos hallazgos explicaban por qué, a pesar de su estilo de vida saludable, Marta tenía un riesgo cardiovascular real y silencioso.

El plan fue claro:

  • Bajar el LDL por debajo de 70 mg/dL con estatina.

  • Reducir la ApoB por debajo de 70 mg/dL.

  • Control estricto de glucosa, presión y peso.

  • Aumentar actividad física y dieta rica en omega-3, vegetales y fibra.

Tres meses después, su LDL bajó a 61 mg/dL, ApoB a 68 mg/dL y la Lp(a) —como se esperaba— no cambió, pero el resto de sus marcadores sí mejoraron.

El mensaje para ella fue el mismo que le damos a todos los pacientes:

“Hay factores que se heredan, pero el estilo de vida y la detección temprana pueden cambiar la historia familiar.”

En otras palabras, la genética carga la pistola, pero los hábitos deciden si se dispara.

Si quieres escuchar más información sobre este tema, te invito a revisar mi video: 3 infartos inesperados: 3 historias reales