🧠 Mito de la semana: “Dormir poco me rinde más”
Mentira piadosa, pero cara.
Dormir poco no te da más horas de vida útil, te da más horas de descontrol metabólico.
El cuerpo interpreta la falta de sueño como una amenaza: sube el cortisol, la adrenalina y altera la insulina.
Es como si vivieras con el banco llamándote todos los días a cobrar.
Cuando duermes mal, aumenta el apetito por alimentos dulces y grasos, baja la leptina (la hormona que dice “ya comí”), y tu metabolismo se vuelve tan perezoso como tú al día siguiente.
A largo plazo, el mal dormir se asocia con aumento de peso, resistencia a la insulina, hipertensión y ansiedad.

Así que no, dormir poco no te hace más productivo: te hace metabólicamente endeudado.
CORTISOL SERICO
🔬 Análisis de un resultado clínico: el cortisol
El cortisol es la hormona del estrés, pero también la del ritmo biológico.
Debe estar más alto en la mañana y disminuir a lo largo del día.
Cuando el patrón se altera, empiezan los síntomas: cansancio, dificultad para dormir, grasa abdominal, cambios en el apetito o en el estado de ánimo.
Por eso pedimos análisis como:
Cortisol sérico en la mañana, o
Cortisol salival en la tarde o noche .
Un cortisol constantemente alto indica que el cuerpo vive en modo alarma.
Y un cortisol bajo puede reflejar agotamiento del sistema.
En ambos casos, el mensaje es el mismo: necesitas resetear tu sistema nervioso con descanso real, no solo fines de semana.
En palabras simples: el cortisol es el contador del cuerpo.
Si trabajas 24/7 sin vacaciones, terminas auditado por el estrés.
💊 Revisión de una vitamina: el magnesio
El magnesio es el “ansiolítico natural” del cuerpo.
Participa en más de 300 reacciones químicas, relaja los músculos, mejora el sueño, regula la presión y ayuda al corazón.
Cuando falta, aparecen los calambres, el insomnio y el cansancio que ni el café soluciona.
Y no es raro: muchas personas mayores tienen déficit leve de magnesio por dietas pobres en verduras, exceso de diuréticos o estrés crónico.
¿Dónde encontrarlo?
Frutos secos (almendras, nueces).
Verduras verdes (espinaca, acelga).
Aguacate, banano y cacao oscuro.
Y aunque existen suplementos, nada reemplaza un plato verde y colorido.
Piensa en el magnesio como el “apagafuegos metabólico”: te mantiene en calma cuando el cortisol quiere incendiarlo todo.
“⚠️ Interacción de medicamentos: melatonina y benzodiacepinas
Ambas ayudan a dormir, pero no son buenas compañeras.
La melatonina regula el reloj biológico; las benzodiacepinas (como el clonazepam o el alprazolam) fuerzan el sueño químicamente.
Si se toman juntas, el cerebro puede volverse más dependiente del fármaco y menos sensible a la melatonina natural.
Por eso, si alguien ya usa benzodiacepinas, la melatonina no debe añadirse sin guía médica.
Y si se quiere reducir la dosis, debe hacerse poco a poco, nunca de golpe.
El cerebro no tolera los cierres de jornada sin aviso.
Caso clínico
“Carlos, 58 años, empresario.
“Doctor, duermo ocho horas, pero amanezco más cansado que cuando me acosté.”
Su cortisol en la mañana estaba bajo y el magnesio ligeramente disminuido.
Trabajaba hasta tarde, cenaba frente al computador y hacía ejercicio a las 9 p.m.
Se ajustó el horario de entrenamiento, se redujo la cafeína después del mediodía y se incorporó magnesio en la cena.
Tres semanas después: duerme profundo, menos ansiedad y presión arterial más estable.
Conclusión: el cuerpo no necesita más café, necesita apagar el modo empresa.
